La salud, un bien preciado para todos
05/04/2019Desde 1950, cada 7 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora el “Día Mundial de la Salud” con el propósito de recordar y poner sobre la mesa los temas de salud más urgentes. Lo cierto es que la salud es un derecho humano y como tal, la salud universal implica que “todas las personas y comunidades tengan acceso a los servicios de salud sin discriminación alguna”, tal como lo expresa la OMS. Abarca toda la gama de servicios de salud, desde la promoción hasta la prevención, el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados al final de la vida. Y estos deben ser de calidad, integrales, seguros, eficaces y asequibles para todos.
Para ello, la OMS propone que se lleven a cabo acciones desde todos los sectores de la sociedad, para enfrentarse a la pobreza, la injusticia social, el déficit de educación y la vivienda insalubre, entre otros factores, que influyen sobre el estado de salud de las personas.
Principalmente, se pide que los líderes mundiales se comprometan a adoptar medidas concretas para promover la salud de todas las personas. De hecho, algunos países ya han logrado importantes avances hacia la cobertura sanitaria universal. Sin embargo, la mitad de la población mundial no puede acceder a los servicios de salud que necesita.
La salud en España
Si bien siempre se puede mejorar, la esperanza de vida de los españoles al nacer, según la OMS es de 82,8 años, lo que supone uno de los mejores indicadores de salud y, en general, la percepción de la población con respecto al acceso al sistema de salud es satisfactoria.
Pero yendo a la problemática que nos afecta, los especialistas aseguran que el tabaco, el alcohol y el sedentarismo son tres de los problemas más preocupantes.
Para implicarse en el Día Mundial de la Salud, no solo debemos esperar que los estados cumplan con sus obligaciones, cada uno de nosotros también podemos hacer algo para mejorar nuestra salud y la de nuestros seres queridos.
A continuación, algunos consejos para cambiar los malos hábitos y poder mejorar nuestra salud.
Ejercicio
En líneas generales, para aquellas personas que desean comenzar a realizar actividad física, las recomendaciones serían:
- Hacer ejercicio de manera regular (en adultos como mínimo 150 minutos semanales de actividad física aeróbica, de intensidad moderada, o bien 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana, o bien una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas).
- Elegir ejercicios aeróbicos (caminar, correr, nadar o bicicleta) y combinarlos con algunos ejercicios de fuerza (pesas, sentadillas, planchas, etc.).
- Comenzar y finalizar de forma progresiva con ejercicios suaves y realizar estiramientos después del ejercicio.
- Evitar la práctica del ejercicio en ambientes extremos (muy cálidos o muy fríos).
- Si se hace ejercicio más de una hora, vigilar la hidratación.
- Utilizar calzado y ropa adecuada (hechos con materiales transpirables).
- Tener constancia, es uno de los secretos para que una actividad se convierta en un hábito. Diversos estudios aseguran que para que esto ocurra, deben pasar al menos dos meses de práctica casi diaria.
- Realizar controles periódicos, sobre todo las personas mayores de 45 años.
- Disfrutar con la práctica del ejercicio. Para asegurar la constancia debemos pasarlo bien.
Alimentación
De acuerdo con la Universidad de Harvard, la manera más equilibrada de alimentarse de manera saludable sería:
- Que la mayoría de las comidas sean vegetales y frutas (1/2 del plato). Incorporar color y variedad (no contar las patatas como vegetal).
- Escoger granos integrales (1/4 del plato). Granos integrales enteros —trigo integral, cebada, granos de trigo, quínoa, avena y pasta o arroz integrales— y las comidas preparadas con estos ingredientes como pasta de trigo integral.
- Consumir proteínas (1/4 del plato). Pescado, pollo y proteínas vegetales (legumbres, frutos secos crudos, seitán, soja, etc) son fuentes de proteínas saludables y versátiles. Pueden ser mezclados en ensaladas y combinan bien con los vegetales. Limitar las carnes rojas y evitar carnes procesadas como el tocino y los embutidos. No olvidar el pescado azul (sardinas, atún, salmón o caballa).
- Aceites de plantas saludables (con moderación). Elegir aceites vegetales saludables como oliva, canola, soya, maíz, girasol, maní u otros y evitar los aceites parcialmente hidrogenados, los cuales contienen las grasas trans no saludables.
- Tomar agua o té. Evitar las bebidas azucaradas, limitar la leche y productos lácteos a una o dos porciones al día y el jugo (zumo) a un vaso pequeño al día. Limitar también el consumo de café.
Vida diaria
A continuación algunos hábitos de higiene básicos que pueden prevenir enfermedades:
- Ducharse con frecuencia. El cuerpo necesita deshacerse de la piel muerta constantemente y debe ser eliminada para no favorecer enfermedades.
- Lavarse los dientes después de cada comida. Además de utilizar el cepillo de dientes, es recomendable usar también el hilo dental y el cepillo interdental. No descuidar el limpiado de la lengua.
- Lavarse las manos con frecuencia. El lavado de manos con agua y jabón es el método más conocido y sencillo para evitar la transmisión de microorganismos de una persona a otra.
- Dormir bien. Dormir entre 7 y 8 horas ayuda al organismo a descansar y tener las defensas altas.