Piojos: ¿cómo mantenerlos lejos?

04/10/2021

“Mamá, me pica la cabeza!” Por esta exclamación, acompañada de un característico rascado, se suele detectar la presencia de los llamados piojos en los niños (y no tan niños).

Antes de que salgas corriendo a la farmacia en busca de la solución definitiva, te contaremos que los piojos —cuyo nombre científico es Pediculus humanus— son insectos parásitos (es decir, viven a costa de otros seres vivos) y llevan viviendo con nosotros desde hace miles de años, independientemente de las condiciones higiénicas o del estrato social. Por ello, puedes estar tranquilo: nadie va a pensar que por tener a estos incómodos inquilinos la higiene de tus hijos es deficiente.

En su forma adulta miden entre 2 y 3 milímetros, tienen 6 patas y no saltan ni vuelan. Disponen de unas piezas bucales que les permiten atravesar la piel en busca de su tesoro más preciado: la sangre humana. Mediante un fuerte pegamento, las hembras pegan los minúsculos huevos, denominados liendres, a la base del pelo, lo más cerca posible de la cabeza, ya que necesitan nuestro calor corporal para desarrollarse. En más o menos una semana los huevos eclosionan y queda el «cascarón» vacío.

¿Cómo detectarlos?

Si sospechamos que hay una infestación por piojos (pediculosis), debemos confirmarla:

  • Estudio visual: A simple vista, podemos buscar las liendres con una linterna y una lupa. Estos huevos blanquecinos y alargados se diferencian de la caspa porque son muy difíciles de retirar con los dedos, están fijados al pelo. También se puede buscar directamente al piojo adulto, sobre todo en la nuca y detrás de las orejas.
  • Lendreras: Son peines muy finos que atrapan los piojos y las liendres entre sus púas. Existe una versión evolucionada de las lendreras, los peines eléctricos, que emiten un zumbido característico cuando contactan con un piojo o liendre.

¿Cómo se contagian?

Se contagian por contacto directo entre las cabezas o por compartir objetos o ropa con personas infestadas, por ejemplo, las toallas de piscina. Su existencia no depende de una mala higiene personal, de la longitud del pelo, del tipo de peinado o de la frecuencia de lavado de la cabeza. Pueden sufrirlos tanto niños como adultos, pero son mucho más comunes en niños debido al contacto cercano en el colegio, al jugar y al compartir utensilios, ropa, gorras, peines y gomas del pelo.

¿Cómo se eliminan?

Existen multitud de tratamientos, pero no todos son efectivos. Además, a lo largo de los siglos, los piojos se han vuelto resistentes a muchos de ellos, por lo que cuesta encontrar la solución definitiva.

Cortarse el pelo no soluciona el problema por sí mismo, pero ayuda a que los tratamientos actúen mejor. Los métodos más utilizados y efectivos son los siguientes:

  • Lociones o champús con insecticidas. Son los más comunes, sobre todo las formuladas a base de permetrina, pero hay que usarlas con precaución y preguntar siempre al médico o farmacéutico por su posible toxicidad. Además, pueden generan resistencias en los piojos. El inconveniente es que no eliminan las liendres, así que se tendrá que repetir el tratamiento cuando hayan eclosionado, pasados entre 12 y 14 días.
  • Lociones o geles a base de aceites de siliconas. No contienen insecticidas y matan al piojo por dos vías: asfixia y deshidratación. Actualmente, algunas lociones unen al aceite de silicona algún tipo de insecticida para completar la acción. Igual que en el caso anterior, hay que repetir el tratamiento pasadas dos semanas.
  • Existen centros donde eliminan los piojos con ayuda de aire caliente, deshidratando a los piojos sin productos químicos. Son efectivos y algo más caros, pero no garantizan que no reaparecezcan al poco tiempo, por lo que pueden suponer un alto coste económico.
  • Aceites esenciales de árbol de té, lavanda, romero, etc. Ninguno ha demostrado ser realmente eficaz, por lo que no los recomendamos en caso de infestación. Se puede utilizar para ayudar a prevenir la aparición de piojos, pero su utilidad no está demostrada.

Prevención

La mejor prevención consiste en evitar el contacto con cabezas ya infestadas y en no compartir objetos personales. Sin embargo, como cuando hablamos de niños estos consejos son difíciles de seguir, por lo que estas recomendaciones pueden ser de utilidad:

  • Habla con tus hijos para que no intercambien artículos personales.
  • Inspecciona la cabeza de tus hijos cada dos días.
  • Pasa la lendrera por lo menos una vez a la semana.
  • Lava con frecuencia la ropa de cama, almohadas, gorras, peines, cepillos, etc.
  • Usa una loción repelente para prevenir el contagio. En Kern Pharma disponemos de un repelente de piojos que forma una barrera que ayuda a ahuyentarlos eficazmente. Además, está indicado para todas las edades y tiene un olor agradable (utilizar con precaución en niños menores de 6 años).

Consulta con tu farmacéutico la mejor forma de combatir los piojos y, sobre todo, tómatelo con calma, porque una vez que llegan, no siempre es fácil deshacerse de ellos a la primera.