Piedras en el riñón: cómo prevenirlas

04/05/2021

La función de nuestros riñones es eliminar las toxinas y líquidos a través de la orina. Si disponemos de alguna sustancia en exceso y no suficientes líquidos, estos desechos pueden acumularse en nuestro riñón formando piedras.

Una piedra pequeña puede pasar a través de las vías urinarias y ser expulsada sin causar apenas dolor. Una piedra más grande puede quedarse atascada a lo largo del camino generando dolor u otras complicaciones pero, si se aplica un tratamiento de la mano de un profesional de la salud, rara vez se genera daño permanente. En la mayoría de los casos las piedras se expulsan de manera natural sin ser necesario tratamiento.

El nombre científico de las piedras en el riñón es cálculo renal o nefrolitos. También puedes haber escuchado a algún médico utilizar términos como nefrolitiasis, urolitiasis, litiasis renal o piedras urinarias.

 

Piedras en el riñón, ¿qué son realmente?

Las piedras se forman cuando hay altos niveles de calcio, oxalato y fósforo en la orina. Estas sales y minerales de la orina se concentran y cristalizan en el riñón. Con el tiempo, estos cristales pueden acumularse y crecer formando una piedra que puede tener desde el tamaño de un grano de arroz hasta el de una pelota de golf en los casos más extremos.

Dependiendo de su composición existen diferentes tipos. Los más comunes son:

  • Piedras de oxalato de calcio
  • Piedras de fosfato de calcio
  • Piedras de ácido úrico
  • Piedras de cistina

 

Síntomas de piedras en el riñón

Si la piedra es pequeña es posible que no sufras ningún síntoma pero si su tamaño es mayor, podrías padecer:

  • Dolor al orinar
  • Sangre en la orina
  • Dolor agudo en tu espalda o abdomen bajo
  • Náuseas y vómitos

Si estás padeciendo estos síntomas y crees que puedes tener una piedra en el riñón, es importante consultar con tu médico el tratamiento y adquirir hábitos de vida saludable que permitan prevenir la formación de más piedras.

 

Hábitos de vida saludable para prevenir las piedras en el riñón

El hábito más eficaz para prevenir las piedras en el riñón es beber suficiente agua al día. La recomendación, para la mayoría de personas, es de 2 litros y medios diarios: unos 12 vasos de agua al día. En cambio, las personas que han padecido insuficiencia renal deben limitar la ingesta de líquidos por lo que es recomendable consultar con un médico cuál sería la cantidad adecuada de líquidos a ingerir en cada caso concreto.

Otra medida de prevención es seguir una dieta que limite los alimentos que están directamente relacionados con la creación de las piedras.

 

Alimentación según el tipo de piedras en los riñones

Es posible prevenir futuras piedras en los riñones cambiando nuestra dieta para limitar la cantidad de sodio, proteína animal, calcio u oxalato, dependiendo del tipo de piedra que hayamos tenido anteriormente.

Nuestra recomendación es contar con un dietista que elabore una dieta personalizada en base a las características de cada paciente pero aquí os facilitamos algunas recomendaciones alimentarias según el tipo de piedra.

En el caso de padecer piedras de oxalato de calcio, la prevención pasa por:

  • Reducir la cantidad de oxalato en la orina. Este objetivo lo podemos conseguir evitando ingerir nueces, cacahuetes, ruibarbo, espinacas o salvado de trigo.
  • Reducir el sodio evitando la sal y alimentos altos en sodio como productos enlatados, comidas rápidas o condimentos.
  • Limitar la proteína animal reduciendo el consumo de pollo, carne, huevos, pescado, marisco, leche o queso. Se recomienda sustituirlos por proteínas vegetales como lentejas o habichuelas que tienen bajo contenido en oxalato.

Si el tipo de piedras que padeces es de fosfato de calcio, las recomendaciones son similares pero sin tener en cuenta la cantidad de oxalato de la alimentación. Es decir, enfocándonos en:

  • Reducir el sodio.
  • Limitar la proteína animal.
  • Obtener suficiente calcio de alimentos con bajo contenido de oxalato y de origen vegetal.

Para los pacientes con piedras de ácido úrico se recomienda concentrarse en limitar la proteína animal en la dieta. Y para los que padecen de piedras de cistina, en tomar la cantidad suficiente de líquido al día, especialmente agua.

Si a pesar de haber adquirido estos hábitos tienes molestias y crees que puedes padecer de piedras en el riñón, consulta con un médico. Él te recomendará el tratamiento más adecuado dependiendo del tamaño, composición y ubicación de la piedra.