Insomnio, signos, causas y tratamiento

03/12/2020

¿Tienes problemas para dormir? No estás solo. En España se calcula que un tercio de la población padece insomnio de manera ocasional y alrededor de un 12% lo sufre de forma crónica, según los últimos estudios de la Sociedad Española del Sueño (SES). Se trata de un trastorno que afecta más a ancianos, mujeres y personas con enfermedades psiquiátricas.

La dificultad para iniciar y/o mantener el sueño o la sensación de no haber tenido un sueño reparador afecta también a nuestra vida diurna, pues el sueño es necesario para un buen estado físico y mental de las personas. Numerosos estudios demuestran que el insomnio tiene efectos en la salud mental, la salud física, la calidad de vida, el rendimiento laboral y la autoestima; incluso, se relaciona como un riesgo de sufrir determinados trastornos neurológicos como ictus, Parkinson y Alzheimer. Por eso, es muy importante detectarlo y tratarlo de forma correcta. A continuación, te damos unas pautas para ello.

Signos y síntomas del insomnio

Entre el más de un centenar de trastornos del sueño que existen, el insomnio es el más prevalente. ¿Cómo se distingue? Estos son algunos de sus signos más habituales:

  • Tardar más de 30 minutos en dormirse.
  • Dormir menos de 6 horas.
  • Despertarse varias veces por la noche.
  • Despertarse con la sensación de tener un sueño de mala calidad o no reparador.
  • Sensación de fatiga o somnolencia diurnas.
  • Disminución de la concentración.

Si esto ocurre en un periodo inferior a un mes, se considera insomnio transitorio, y si es superior, se trataría de insomnio crónico. En ninguno de los casos, se trata de algo normal con lo que haya que convivir, sino que hay que tratarlo con la ayuda de un profesional médico o farmacéutico. Sin embargo, según estimaciones de la Sociedad Española de Neurología, más de dos tercios de personas que padecen problemas de sueño no buscan ayuda y un 5% recurre a la automedicación, con los riesgos que supone el uso de los fármacos hipnóticos sin control médico.

Causas del insomnio

¿Has cambiado de trabajo recientemente? ¿Tienes algún problema familiar? Las causas más frecuentes de insomnio corresponden a alteraciones emocionales de carácter reactivo y a las enfermedades psiquiátricas. En general, todas aquellas situaciones que se acompañan de intensa ansiedad, preocupación, tensión psíquica, angustia, miedo o tristeza. De hecho, la mayoría de casos de insomnio tienen un inicio agudo, coincidiendo con dicha situación de estrés, y tienen a cronificarse en el 60% de los casos.

En cuanto al ciclo del sueño, también está condicionado por múltiples factores, siendo determinante la exposición a la luz diurna y la oscuridad nocturna, pues esta última incrementa los niveles de melatonina, hormona que juega un papel clave en la regulación e inicio del sueño. Otros factores que pueden afectar al patrón del sueño son los horarios de las comidas, la actividad física diurna y presentar altos niveles de actividad debido al estrés, la sobrecarga de trabajo o realizar ejercicio intenso nocturno.

Según un estudio de la Universidad de Wisconsin-Madison, atravesar las distintas fases del sueño sin interrupciones favorece la actividad de los oligodendrocitos, las células que protegen nuestras neuronas. En cambio, la privación de sueño tiene el efecto contrario: estimula los genes relacionados con la muerte celular y el estrés. Además, una alteración en el patrón del sueño también tiene consecuencias directas sobre nuestro ánimo al día siguiente, de manera que el insomnio puede aumentar los niveles de ansiedad.

10 Consejos para dormir bien

¿Qué podemos hacer para combatir el insomnio? Si bien es cierto que no podemos eliminar las situaciones estresantes de nuestro día a día, sí podemos adoptar unos hábitos saludables que nos ayuden a conciliar el sueño. Toma nota:

  1. Conservar un horario para despertarse y acostarse, ya que el orden en los horarios ayuda a regular el sueño.
  2. No realizar actividades estresantes en las horas previas de ir a la cama.
  3. Disfrutar de la luz natural durante el día, al menos durante 30 minutos.
  4. Realizar actividad física de forma regular, pero evitando la práctica de ejercicio físico intenso en las horas previas a acostarse.
  5. Evitar hacer siestas largas durante el día. 20 minutos de siesta es suficiente.
  6. Realizar actividades relajantes antes de acostarse: leer un libro, escribir un diario, hacer yoga… Así conseguimos tener la mente en calma y la preparamos para dormir.
  7. Realizar una cena ligera máximo 2 horas antes de ir a dormir, evitando la ingesta de bebidas con cafeína, tabaco y alcohol.
  8. Usar la cama solo para dormir y para tu vida sexual. Hay que evitar usarla para trabajar, ver la TV o comer. Tampoco hay que llevar dispositivos electrónicos a la habitación porque corremos el riesgo que nos despierten las notificaciones, las luces de la pantalla o la necesidad de responder al momento.
  9. Irse a la cama solo cuando se sienta sueño. Si tras media hora no has conseguido conciliar el sueño, es recomendable que te levantes y realices alguna actividad relajante que te ayude a ello.
  10. Tras consultarlo con tu farmacéutico y con su recomendación, puedes tomar algún complemento alimenticio formulado para mejorar la calidad del sueño. Como Dormax®, de nuestra línea de autocuidado Actafarma.

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