¿Estornudos y picazón? Todo sobre las alergias de primavera

24/03/2025

La llegada de la primavera marca el inicio de temperaturas más cálidas y días soleados, pero también un aumento de agentes alérgenos en el ambiente. Para muchas personas, esto significa el comienzo de la alergia primaveral, una condición que puede afectar la calidad de vida e interferir en las actividades diarias. A continuación, exploramos qué la provoca, cuáles son los síntomas de la alergia primaveral y qué medidas pueden ayudarte a controlarla. 

 

¿Qué son las alergias primaverales y cómo afectan a tu organismo? 

Las alergias primaverales son una respuesta del sistema inmunológico ante ciertas sustancias del entorno, como el polen, los ácaros del polvo, el moho o incluso las picaduras de insectos. En personas sensibles, el sistema inmune reacciona liberando histamina, lo que provoca síntomas inflamatorios y respiratorios. 

Los principales síntomas de la alergia primaveral incluyen: 

  • Congestión nasal y estornudos repetitivos.
  • Picor en la nariz, garganta y ojos.
  • Lagrimeo y enrojecimiento ocular.
  • Sensación de fatiga y, en algunos casos, dificultad para respirar.
  • En personas con asma alérgica, la exposición al polen puede agravar los síntomas respiratorios, provocando sibilancias y opresión en el pecho. 

 

Causas y factores de riesgo 

Aunque el polen es una de las principales causas de la alergia primaveral, no es el único desencadenante. Existen otros factores que pueden provocar síntomas alérgicos durante esta estación: 

  • Ácaros del polvo: aunque están presentes todo el año, la primavera favorece su proliferación debido a los cambios de temperatura y humedad.
  • Moho y hongos: la humedad generada por las lluvias primaverales puede aumentar la cantidad de esporas en el aire, afectando a personas sensibles.
  • Picaduras de insectos: avispas, abejas y mosquitos pueden causar reacciones alérgicas localizadas o incluso sistémicas en personas con sensibilización.
  • Predisposición genética: si hay antecedentes familiares de alergias, el riesgo de desarrollar una alergia primaveral es mayor. 

 

¿Cómo saber qué está causando tu alergia? 

Determinar el origen de la alergia es clave para un tratamiento eficaz. Si los síntomas aparecen principalmente al aire libre y varían según el clima, el polen podría ser el responsable. Si, en cambio, las molestias persisten en espacios cerrados, los ácaros o el moho pueden estar detrás. Por otro lado, si la reacción se manifiesta con inflamación localizada tras una picadura, es probable que se deba a un insecto. 

Si no tienes claro qué está provocando tus síntomas, acudir a un especialista te permitirá obtener un diagnóstico preciso y encontrar la mejor estrategia de control. 

 

Estrategias para controlar la alergia primaveral 

Aunque no es posible evitar completamente la exposición a los alérgenos, sí existen medidas que pueden ayudarte a reducir su impacto: 

 

Prevención y reducción del contacto con alérgenos 

  • Consulta los niveles de polen y otros alérgenos ambientales para planificar tus actividades al aire libre.
  • Usa gafas de sol y mascarilla si es necesario en días con alta polinización.
  • Mantén las ventanas cerradas en casa y en el coche para evitar la entrada de alérgenos.
  • Lava tu ropa y cabello con frecuencia para eliminar partículas de polen y otros agentes alérgenos.
  • Evita zonas con alta concentración de insectos si eres alérgico a sus picaduras. 

 

Tratamiento farmacológico 

Existen diferentes opciones de tratamiento para aliviar los síntomas de la alergia primaveral: 

  • Antihistamínicos: bloquean la acción de la histamina, reduciendo estornudos, picor y lagrimeo, entre otros.
  • Corticosteroides nasales: ayudan a controlar la inflamación de la mucosa nasal.
  • Colirios antialérgicos: alivian la irritación ocular.
  • Cremas específicas: para aliviar las reacciones cutáneas causadas por picaduras de insectos. 

Siempre es recomendable consultar con un especialista antes de iniciar cualquier tratamiento. 

La alergia primaveral es una condición común que puede afectar tu bienestar diario, pero identificar sus síntomas y desencadenantes te permitirá tomar medidas para controlarla. Aplicar estrategias de prevención y contar con el tratamiento adecuado marcará la diferencia en tu calidad de vida. 

Si tus síntomas persisten o se intensifican, no los ignores. Consulta con un especialista para obtener un diagnóstico preciso y encontrar la mejor solución para ti.