El beneficio del ejercicio físico para los pacientes de cáncer

Hacer ejercicio regularmente tiene beneficios para las personas con cáncer. La práctica deportiva aumenta su calidad de vida y ayuda a mitigar algunos efectos secundarios de los tratamientos. En este post destacamos algunos de los beneficios del ejercicio físico para los pacientes de cáncer y señalamos los ejercicios más aconsejables.

Beneficios antes, durante y después del tratamiento 

Según varias asociaciones, entre ellas American Cancer Society, la práctica deportiva tiene beneficios antes, durante y después del tratamiento contra el cáncer.  

• Fomenta el funcionamiento tanto del cuerpo como del cerebro 

• Reduce la sensación de cansancio o fatiga 

• Ayuda a disminuir la depresión y la ansiedad 

• Podría ayudar a dormir mejor 

• Mantiene o mejora la habilidad física para poder hacer las cosas 

• Mejora la fuerza muscular, la salud ósea y el rango de movimiento 

• Fortalece el sistema inmunitario 

• Aumenta el apetito 

• Ayuda a lograr y mantener un peso saludable 

• Puede que ayude a contrarrestar el linfedema asociado al cáncer de mama, sin incrementar el riesgo 

• Reduce la probabilidad de que ciertos tipos de cáncer regresen 

• Mejora la calidad de vida 

• Reduce los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer 

Ejercicio cardiovascular para los pacientes de cáncer 

Para las personas con cáncer, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) recomienda la práctica de ejercicios que mejoren la capacidad cardiovascular.  

Los ejercicios para mejorar la capacidad cardiovascular son importantes de cara a no sentirnos fatigados por los tratamientos oncológicos. Además, evitan el riesgo de que aparezcan otras enfermedades metabólicas o cardiovasculares. 

Estos ejercicios de cardio deben ser de intensidad moderada, por encima del 70% de la frecuencia cardiaca máxima. De todos modos, la intensidad debe suavizarse si la persona acaba de pasar por una cirugía. Los pacientes con afectación ósea deben evitar el alto impacto de actividades como correr, saltar o bajar escalones altos.  

Los ejercicios cardiovasculares recomendados son caminar, correr, montar en bicicleta, practicar bicicleta elíptica o practicar remo. Estos ejercicios deben combinarse con una rutina de tonificación o fuerza que incluya sentadillas, ejercicios con pesos ligeros o subir escaleras.  

Ejercicios para recuperar masa muscular 

La AECC también aconseja realizar ejercicio físico dirigido a aumentar la masa muscular. La pérdida de masa muscular es un efecto secundario habitual durante los tratamientos oncológicos. Esta falta de masa muscular puede llevar consigo molestias articulares. 

Con este objetivo, se recomiendan ejercicios de fuerza de intensidad moderada-alta que impliquen a todo el cuerpo. Es importante cuidar la postura durante la práctica de estos ejercicios, manteniendo las rodillas semiflexionadas y sin forzar las lumbares. También es fundamental controlar la respiración, expulsando el aire al hacer el esfuerzo. Además, estos ejercicios deben hacerse con cargas adaptadas a cada persona. 

Una rutina para ganar masa muscular debe incluir ejercicios de equilibrio e isometría. Estos generan tensión muscular sin movernos del sitio. Por ejemplo, hacer posturas en objetos inestables como un cojín.  

Para recuperar masa muscular se aconsejan asimismo ejercicios de fuerza con el propio peso como zancadas o con resistencias bajas como gomas. Estos pueden completarse con ejercicios que incluyan pesos externos: por ejemplo, hacer sentadillas con un peso de 5 o 10 kg. 

Precauciones a tener en cuenta 

Es muy importante insistir en que estos ejercicios deben estar adaptados a cada paciente oncológico. Lo ideal es que estén supervisados por un especialista que tenga en cuenta el momento en el que se encuentra cada persona. Es importante si está en tratamiento, si ha pasado por una cirugía recientemente… En el caso de que una persona esté en tratamiento, se recomienda que practique los ejercicios cardiovasculares acompañado. 

Antes de practicar ejercicio es imprescindible realizar un buen calentamiento. Así, calentamos nuestro cuerpo y aumentamos la cantidad de sangre que llega a las articulaciones, tejidos blandos y músculos. Calentar es clave para evitar lesiones. El calentamiento debe incluir movilidad articular, desplazamientos de intensidad baja y desplazamientos de intensidad moderada, con cambios de ritmo.  

Al terminar los ejercicios hay que realizar estiramientos estáticos para relajar la musculatura. Los estiramientos deben centrarse en el cuello, los brazos, los cuádriceps, los muslos y la parte posterior de las piernas. 

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