Fatiga postviral: qué es y cómo gestionarla
02/24/2025
Este invierno, la gripe ha afectado a muchas personas, y aunque los síntomas más intensos suelen desaparecer en pocos días, es común seguir sintiéndose cansado incluso después de haberse recuperado. Esa sensación de agotamiento prolongado, conocida como fatiga postviral, puede hacer que actividades cotidianas como trabajar, hacer ejercicio o simplemente concentrarse resulten más difíciles de lo habitual.
¿Por qué ocurre la fatiga postviral?
Cuando el organismo combate una infección viral, el sistema inmunológico trabaja intensamente para eliminar el virus y restaurar el equilibrio del cuerpo. Sin embargo, una vez superada la enfermedad, es común que persistan ciertos efectos secundarios, siendo la fatiga uno de los más frecuentes.
Esto ocurre porque, tras la infección, el sistema inmunológico sigue activo para reparar los tejidos y asegurarse de que el virus no reaparezca. Durante este proceso, el cuerpo mantiene cierto nivel de inflamación, lo que puede interferir en la producción y el uso de energía, generando una sensación prolongada de cansancio.
Otro factor importante es el impacto en el sistema nervioso. Durante la respuesta inmune, se liberan sustancias que pueden afectar la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, lo que contribuye a la sensación de cansancio, la falta de concentración e incluso cierta apatía.
En algunos casos, la fatiga también se ve agravada por alteraciones en el sueño y cambios en la microbiota intestinal, lo que puede dificultar aún más la recuperación. Por ello, aunque la infección haya pasado, el cuerpo sigue necesitando tiempo y recursos para volver a su estado normal.
Estrategias para recuperar la energía
Para reducir la fatiga postviral y favorecer una recuperación óptima, se recomienda:
- Mantener una alimentación equilibrada, rica en proteínas, vitaminas y minerales esenciales.
- Priorizar el descanso y asegurar un sueño reparador.
- Realizar actividad física de forma progresiva, adaptándola al nivel de energía.
- Hidratarse adecuadamente, ya que una hidratación deficiente puede agravar la fatiga.
- Apoyarse en complementos nutricionales que contribuyan a la recuperación del organismo.
En algunos casos, complementar la alimentación con hierro, vitamina C y vitamina B12 puede ser beneficioso, ya que estos nutrientes juegan un papel clave en la producción de energía y la reducción del cansancio.
Productos como GyneFer® de Gynea, un complemento con hierro microencapsulado de última generación, junto con vitamina C y vitamina B12, pueden ayudar a mitigar la fatiga y favorecer la recuperación. Se recomienda tomar una cápsula al día.
Asimismo, Finisher® Multivitamínico y Minerales aporta una combinación de 12 vitaminas y 9 minerales esenciales para reducir el cansancio y la fatiga, además de contribuir al funcionamiento normal del sistema inmunitario. Su fórmula es sin gluten, sin lactosa, sin soja y sin huevo, y se recomienda tomar una cápsula al día, preferiblemente por la mañana.
Si la fatiga persiste durante varias semanas o se acompaña de otros síntomas preocupantes, es recomendable acudir a un médico para una evaluación adecuada y descartar otras posibles causas subyacentes.