El golpe de calor: causas y prevención

08/05/2021

Constantemente escuchamos consejos y sugerencias relativas a los efectos del calor sobre el cuerpo humano, pero ¿por qué es tan peligroso para nuestra salud?

El cuerpo humano mantiene para su correcto funcionamiento una temperatura corporal media cercana a los 36,8 ºC, que se puede ver modificada en función de la edad, el metabolismo, el estado nutricional y de hidratación, e incluso por la hora del día. «A las 6 de la mañana la temperatura está más baja; y, a las 18 horas, alcanza su valor más alto», explica Raimundo de Andrés, jefe del servicio de Medicina Interna de la Fundación Jiménez Díaz, en el artículo ¿37 grados es fiebre? publicado por El País.

Para mantener una temperatura adecuada, en caso de condiciones climáticas extremas como las que se dan durante el verano, el cuerpo se ve obligado a disipar ese calor sobrante. El problema reside en que su capacidad para eliminar calor –por ejemplo, a través de mecanismos como el sudor, que permite enfriar la piel– es limitada. De esta forma, la temperatura corporal puede llegar a elevarse por encima de lo normal y esto provoca un mal funcionamiento general de todos los sistemas del cuerpo.

Las personas que pueden verse más afectadas por el temido golpe de calor y que, por ello, deben extremar la precaución son:

  • Bebés: son extremadamente sensibles a los cambios de temperatura y a la deshidratación.
  • Ancianos: al tener menor cantidad de agua corporal, regulan peor los excesos de temperatura.
  • Enfermos crónicos: sobre todo, personas con problemas cardiovasculares, diabetes y enfermedades respiratorias.
  • Sobrepeso: las personas con sobrepeso tienen menos capacidad para eliminar el calor, principalmente por tener menos proporción de agua corporal.
  • Deportistas: la pérdida de agua ligada al esfuerzo, junto con el aumento de la temperatura corporal asociada al ejercicio físico, hace del deportista un blanco fácil para el golpe de calor.

¿Cómo reconocer un golpe de calor? 

Náuseas, mareo, dolor de cabeza, vómitos, dolores musculares o sensación de fiebre.  La aparición, en situaciones de calor extremo, de uno o varios de estos síntomas debe hacernos tomar urgentemente medidas como detener de inmediato la actividad física, beber agua (no demasiado fría y en cantidades pequeñas), buscar lugares con temperaturas más bajas (sombra, vivienda, etc...) y, lo más importante, pedir ayuda y acudir rápidamente al centro de salud más cercano.

Es importante recordar que los antitérmicos usados para tratar la fiebre no son eficaces para combatir el golpe de calor, ya que solo regulan la temperatura cuando está elevada por motivos internos, como infecciones o diversas enfermedades que provocan fiebre.

¿Cómo evitar el golpe de calor? 

Con mucho sentido común y cumpliendo, entre otros, los siguientes consejos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad:

  • Mantener una correcta hidratación: 2-3 litros de agua diarios.
  • Realizar comidas ligeras y sin consumo de alcohol.
  • Vestir ropa ligera y mantener los ambientes ventilados.
  • Evitar realizar actividades físicas en las horas de máximo calor.

Recordad que puede llegar a ser un problema extremadamente grave, por lo que la consulta con el médico es, una vez más, fundamental.