Varicela, una infección que no solo afecta a niños

10/22/2020
Varicela

La varicela es una enfermedad que se asocia a los niños en edad escolar y a sus síntomas más característicos: las erupciones cutáneas y el picor que las acompaña.

Se trata de una infección muy contagiosa entre quienes no la han pasado antes, y que puede llegar a ser muy grave en los adultos. Popularmente se dice que “hay que pasarla, y cuanto antes mejor”, ya que por lo general es más benigna en los primeros años de vida.

Sin embargo, los niños no están exentos de riesgos, y siempre será mejor prevenir que tratar. Te explicamos por qué y cómo.

El virus de la varicela

La varicela es una infección causada por el virus de la varicela-zoster (VVZ), también llamado Virus del Herpes Humano Tipo 3. Se transmite mediante el contacto directo con los sarpullidos de un enfermo, o bien por vía aérea al inhalar las gotas que emite una persona contagiada cuando tose o estornuda.

Los primeros síntomas se presentan entre 10 y 21 días después de la exposición al virus y duran aproximadamente una semana. Incluyen las famosas erupciones cutáneas y, además, fiebre, pérdida de apetito, dolor de cabeza, cansancio y malestar general.

Por lo general, se trata de una infección bastante benigna en la mayoría de niños a partir de los 6 meses de edad. No obstante, la gravedad es variable de un caso a otro: las erupciones pueden cubrir solo una parte de la piel o bien todo el cuerpo, incluyendo las mucosas; las lesiones se pueden infectar de forma secundaria con una bacteria; o pueden verse afectados los ojos, entre otras complicaciones. Por eso, aunque a priori no debemos preocuparnos en exceso cuando un niño coge la varicela, lo cierto es que debemos vigilar y consultar con el médico ante cualquier duda o aparición de nuevos síntomas.

La varicela en adultos

La varicela suele complicarse más en los adultos, hasta el punto que puede llegar a ser una infección de graves consecuencias. Posiblemente porque durante la infancia aún conservamos cierta inmunidad materna, es más raro que se complique en niños.

Por eso, a partir de los 10 años de edad hay que estar muy atentos a evitar el contacto con la enfermedad si no se ha pasado ya, especialmente las personas inmunodeprimidas y las mujeres embarazadas.

Algunas de las complicaciones que puede padecer un adulto con varicela son:

  • Deshidratación (a causa de la fiebre y la baja ingesta de líquidos).
  • Neumonía
  • Encefalitis (inflamación de tejidos cerebrales)
  • Síndrome de shock tóxico

En los casos que se requiera, la varicela puede tratarse con medicamentos antivirales y otros fármacos para procurar que los síntomas no evolucionen. Siempre debes consultar con tu médico.

Un virus que se pasa una vez… pero se queda para siempre

¿Sabías que la varicela y el herpes zóster se deben al mismo virus?

El virus de la varicela-zoster puede quedar “durmiente” en las células nerviosas una vez pasada la enfermedad, esperando el momento oportuno para despertar. Cuando esto ocurre, por ejemplo, debido a una temporada de mayor estrés o cualquier otra causa que debilite el sistema inmunitario, el virus hace de nuevo su aparición, esta vez en la forma de un herpes que aparece siguiendo el recorrido de los nervios, en algunos casos similar a un cordón que rodea el tórax (coloquialmente conocido como “culebrilla”).

Se trata de una infección muy dolorosa que, desgraciadamente, puede aparecer más de una vez a lo largo de la vida.

Como curiosidad, si una persona que no ha pasado la varicela entra en contacto con alguien con un herpes zóster activo, puede infectarse, pero en lugar de desarrollar también un herpes, padecerá la infección en forma de varicela.

La vacuna de la varicela

Ya no es necesario pasar la varicela en la infancia para estar protegido de adulto. Hoy día existe una vacuna contra el VVZ eficaz que se recomienda en todos los niños de 15 meses, con dosis de recuerdo a los 3-4 años de edad.

También es recomendable que se la pongan aquellos adultos que no han pasado la enfermedad en la infancia, especialmente si tienen mayor riesgo, como los maestros y personal sanitario o las mujeres que quieren quedarse embarazadas.

Aunque la varicela es una enfermedad infecciosa común y benigna en los niños pequeños, nadie está exento de complicaciones y es preferible evitarla. Ten en cuenta su prevención, sobre todo si no recuerdas haberla contraído en la infancia.