Dolor nervio ciático: cómo identificarlo
06/04/2020“Me duele la ciática”. Esta queja muy común se suele escuchar de aquellos que padecen un dolor en la zona baja de la espalda, pero ¿a qué se refieren exactamente?
La ciática puede ser uno de los dolores más incómodos que existen, y de los más comunes: se estima que entre el 5% y el 10% de los pacientes con dolor lumbar tienen ciática, mientras que quienes padecerán dolor lumbar en algún momento de su vida varía de 49% a 70%.
Lo que comúnmente se llama “ciática” se refiere a un dolor de espalda (en zona lumbar) que se irradia por las piernas, pasando por las caderas y los glúteos y llegando hasta el talón o el pie. Generalmente, este dolor es provocado por la compresión de las vértebras bajas sobre el nervio ciático (el más largo y ancho del cuerpo, que recorre desde la zona inferior de la columna hasta los dedos de los pies). Cabe aclarar que entre cada dos vértebras salen las raíces nerviosas, responsables de la sensibilidad en el miembro inferior y de darle movilidad a los músculos de la pierna. Cuando estas raíces se dañan, entonces surgirá la ciática.
¿Qué causa la ciática?
Lo concreto es que, sin importar la causa, la ciática se presenta cuando se produce una compresión del nervio ciático. A continuación, las razones más comunes por las que puede estar sufriendo este dolor:
- Hernia de disco. Es la causa más común y se presenta en la mayoría de los casos. Un disco, que es como un amortiguador ubicado entre las vértebras, tiene un núcleo suave y gelatinoso encapsulado por un anillo más duro y gomoso. Los discos sirven para suavizar los movimientos de las vértebras de la columna. La hernia aparece cuando una parte del núcleo sobresale, a través de un desgarro en el anillo, generando inflamación de los tejidos circundantes y una irritación en el nervio.
- Es menos frecuente. Ocurre cuando aparecen tumores dentro de la columna que afectan a la médula espinal o las raíces nerviosas.
- Estenosis espinal. El canal espinal (espacio por donde pasa la médula espinal) se reduce y comprime las raíces nerviosas del nervio ciático. Este estrechamiento puede ser causado por los espolones óseos, espondilolistesis, inflamación, o por hernias de disco.
- Síndrome piramidal. En el 15% de la población el nervio ciático pasa a través del músculo “piramidal o piriforme” y no por debajo. Cuando el músculo se acorta u ocurren espasmos debidos a un traumatismo o uso excesivo, puede ocurrir la compresión o estrangulación del nervio ciático por debajo del músculo.
- Es una desviación de una vértebra sobre otra que puede ser causada por un proceso degenerativo o por fractura y genera una compresión en el nervio ciático.
¿Cómo es el dolor de ciática?
La ciática se caracteriza por un síntoma particular que es un dolor irradiado hacia las piernas. Puede ser incapacitante y suele empezar con una fase aguda de dolor muy intenso, pero que rara vez se prolonga en el tiempo. En la mayoría de los casos, dependiendo de la causa, los síntomas mejoran en unos días. Para identificar si lo que padeces es ciática, puedes comprobar si aparecen las siguientes señales:
- Dolor constante en una nalga o en una sola pierna (rara vez puede presentarse en ambas piernas).
- Agudización del dolor al sentarse.
- Hormigueo que baja por la pierna.
- Adormecimiento o debilidad para mover la pierna o el pie.
- Dolor punzante al ponerse de pie o caminar.
¿Qué debo hacer si padezco ciática?
En principio, un médico reumatólogo deberá confirmar si la padeces mediante una revisión física, en la que controlará tu fuerza muscular y tus reflejos. Luego podrá corroborarlo con pruebas diagnósticas como radiografías, resonancias o tomografías, si fueran necesarias, dependiendo de la intensidad del dolor.
Una vez confirmada la ciática, hay diversos tratamientos que se pueden encarar:
- Medicamentos: si el dolor no es muy intenso, entonces tu médico podría recomendarte fármacos útiles para la reducción de la inflamación.
- Calor y hielo: sirven para aliviar el dolor agudo, sobre todo el de la pierna en su etapa inicial. Generalmente se aplica el hielo o el calor durante aproximadamente 20 minutos y se repite cada dos horas. La mayoría de las personas utilizan primero el hielo, pero algunas encuentran más alivio con el calor. Se pueden alternar.
- Ejercicios: se centran en tres áreas:
- Fortalecimiento: para fortalecer la columna vertebral, así como los músculos, ligamentos y tendones que la apoyan.
- Estiramiento: para aliviar el dolor ya que se ejercitan los músculos que producen dolores.
- Aeróbicos: caminar o nadar sirven para recuperar los músculos y mantener activo el sistema locomotor.
- Fisioterapia: cuando el dolor agudo disminuye, puedes hacer fisioterapia para ayudarte a prevenir lesiones en el futuro. Generalmente son ejercicios para corregir la postura, fortalecer los músculos que sostienen la espalda y mejorar la flexibilidad.
Cuando el dolor no cesa, entonces hay que recurrir a tratamientos más invasivos como:
- Infiltraciones: se aplica un medicamento antiinflamatorio en la zona que rodea la raíz del nervio afectado para reducir el dolor ya que elimina la inflamación alrededor del nervio irritado. Su efecto dura algunos meses y no se puede suministrar de manera ilimitada.
- Cirugía: es la última opción y se utiliza cuando el nervio comprimido provoca una debilidad considerable y la pérdida del control intestinal o de la vejiga. En estos casos se suele extraer el espolón óseo o la parte de la hernia de disco que ejerce presión en el nervio pinzado.
¿Se puede prevenir?
El dolor de ciática no se puede prevenir, pero sí puedes realizar acciones que ayuden a tener un estado saludable y que, de ocurrir, los dolores no sean tan intensos y estés mejor preparado para combatirlos.
Lo recomendable es no tener obesidad, ni sobrepeso, tener una vida saludable lejos del tabaco, hacer ejercicio aeróbico (no de impacto) de manera frecuente y tratar de tener posturas firmes y derechas en el momento de trabajar, de estar sentado y de pie.