Lo que debes saber sobre las demencias
09/20/2018La demencia es una de las enfermedades crónicas más frecuentes que está en crecimiento, debido a la mayor expectativa de vida de la población en general. Según el informe “Impacto social de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias” de la Fundación del Cerebro de la Sociedad Española de Neurología (SEN), entre el 4% y el 9% de la población mayor de 65 años tiene algún tipo de demencia, y estos porcentajes crecen entre el 31% y el 54% cuando se superan los 90 años.
Actualmente en España hay entre 500.000 y 600.000 personas con demencia, pero se calcula que para el año 2050 esa cifra llegará al millón, es decir, uno de cada tres españoles. Son números que abruman y lo que se suele pensar es: ¿me tocará a mí?
Aunque es un término que puede asustar, con una actitud activa podremos llevar una vida más saludable y estar mejor preparados.
¿Qué se entiende por demencia?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades cotidianas, es decir, se produce una pérdida progresiva de la capacidad de pensar, recordar y razonar. Aunque afecta principalmente a las personas mayores, no necesariamente es una consecuencia normal del envejecimiento.
La OMS estima que en el mundo hay unas 50 millones de personas con demencia, y cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos. Hay varios tipos de demencia, por orden de frecuencia, las más comunes son:
- Enfermedad de Alzheimer: la forma más frecuente de demencia (entre el 60% y el 70% de los casos), que se caracteriza por el deterioro cognitivo (pérdida progresiva de la memoria y de las capacidades intelectuales en general), los trastornos conductuales y la pérdida de la autonomía personal.
- Demencia vascular: es la pérdida de la función intelectual generada por daños en los vasos sanguíneos cerebrales, normalmente provocados por un accidente cerebrovascular o ictus.
- Demencia por cuerpos de Lewy: se produce por la acumulación anormal de un tipo de proteína en las células del cerebro. Las principales características clínicas de este tipo de demencia son el deterioro mental, parkinsonismo de intensidad variable, rasgos psicóticos como las alucinaciones visuales, y fluctuaciones del estado cognitivo que afectan especialmente a la atención y concentración. Es una de las demencias progresivas más frecuente.
- Demencia frontotemporal: se caracteriza por el deterioro de las neuronas de la zona del lóbulo frontal y temporal del cerebro, que son las zonas relacionadas con la personalidad, la conducta y el lenguaje.
- Demencia asociada a la Enfermedad de Parkinson: aparece aproximadamente en el 30 % de los pacientes de parkinson, y en ella predomina el deterioro de la atención (les cuesta mucho concentrarse), de las habilidades para procesar la información visual (dificultades para orientarse en el espacio, calcular las distancias, caminar sin tropezar) y de las funciones ejecutivas, lo que puede manifestarse en dificultades para regular el comportamiento y para establecer, por ejemplo, un plan para el día y seguirlo.
¿Cuáles son las causas?
La causa de la demencia es el deterioro de las células cerebrales, que pierden la capacidad de comunicarse entre sí, provocando problemas de razonamiento y conducta. Hay factores de riesgo que contribuyen al desarrollo de la demencia:
- Edad: aumenta la posibilidad de padecer demencia después de los 65 años.
- Antecedentes familiares: si tienes familiares con demencia, aumentan las probabilidades de padecerla.
- Síndrome de Down: en la madurez, muchas personas con síndrome de Down desarrollan Alzheimer.
- Deterioro cognitivo leve: ocurre cuando hay pérdida de memoria, pero sin otro síntoma.
¿Cómo saber si yo o alguien de mi entorno padece demencia?
Las personas con demencia pueden tener carencias de memoria a corto plazo y sufrir situaciones de olvidos (la localización del coche, pagar una factura, asistir a una reunión, etc.)
Lo cierto es que las demencias suelen ser progresivas en el tiempo, por lo que si notas dificultades cognitivas, es necesario que consultes a un especialista. Un diagnóstico precoz puede ayudarte a un tratamiento más efectivo y a planificar mejor el futuro. Hay diez señales que, según la Asociación Internacional de Alzheimer, pueden advertir una demencia:
- Cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana.
- Dificultad para planificar o resolver problemas.
- Dificultad para desempeñar tareas habituales en la casa, en el trabajo o en tu tiempo libre.
- Desorientación en el tiempo o en un lugar.
- Dificultad para comprender imágenes visuales y cómo los objetos se relacionan uno con otro en el espacio.
- Problemas con el uso de palabras al hablar o escribir.
- Colocación de objetos fuera de lugar y no recordar dónde se han dejado.
- Disminución o falta de buen juicio.
- Pérdida de iniciativa para tomar parte en el trabajo o en las actividades sociales.
- Cambios de humor o de personalidad.
Confirmar el diagnóstico de este tipo de enfermedades es una tarea compleja. Las señales de la demencia pueden variar, pero al menos dos de las siguientes funciones mentales deben verse afectadas para considerar tener sospechas:
- Memoria
- Comunicación y lenguaje
- Capacidad para concentrarse y prestar atención
- Razonamiento y juicio
- Percepción visual
El siguiente paso es visitar al neurólogo, para que evalúe las capacidades mentales, realice pruebas diagnósticas como la tomografía computada, una resonancia magnética, análisis de sangre y test psicológicos específicos.
¿Y ahora qué hago?
Si ya sabes que padeces algún tipo de demencia, entonces es tiempo de tratarla. Debes saber que la demencia no tiene cura, solo puedes manejar los síntomas con medicamentos y terapias.
- Medicamentos: ayudan a combatir los síntomas y a mejorar las funciones cognitivas.
- Salud mental: pintar, hacer manualidades, cocinar o hacer juegos de ingenio, mejora la capacidad cognitiva.
- Ejercicio: mejorará tu fuerza y equilibrio.
- Terapia ocupacional: la idea es prevenir caídas y accidentes, y crear un entorno hogareño más seguro, organizando tu casa de manera que puedas sentirte más cómodo.
- Terapias alternativas: la musicoterapia por ejemplo, puede ayudar a estimular el ánimo.
Hay que tener en cuenta que la demencia afecta a uno mismo y al entorno familiar, por lo que es importante estar informado sobre el tema.