La insuficiencia renal, una enfermedad invisible

03/23/2018

Aunque las enfermedades del riñón son poco conocidas, se estima que afectan a más de cuatro millones de españoles, según datos de la Sociedad Española de Nefrología (SENEFRO). De hecho, España es uno de los países europeos con más pacientes afectados por problemas del riñón. En este post explicamos qué es la insuficiencia renal, por qué se produce y cómo se puede prevenir y tratar.

¿Qué es la insuficiencia renal?

Los riñones son los órganos que limpian la sangre. Es decir, eliminan el exceso de líquido, de sales y de minerales, y los desechos de nuestro metabolismo (toxinas). Además, producen las hormonas que están relacionadas con la producción de glóbulos rojos en la sangre, con la regulación de la presión arterial y con la absorción del calcio en los huesos.

La insuficiencia renal se produce cuando los riñones dejan de funcionar correctamente, lo que puede pasar de dos formas:

  • Insuficiencia renal crónica: cuando se pierden funciones en los riñones de forma lenta y progresiva a lo largo de meses o años. No suele presentar síntomas hasta que está avanzada y, una vez aparece, permanece durante toda la vida del paciente o hasta que se trasplanta el riñón.
  • Insuficiencia renal aguda: los riñones dejan de funcionar súbitamente, en cuestión de horas o pocos días. Suele ser consecuencia de otras lesiones, como infecciones, intoxicaciones o pérdidas repentinas de mucha cantidad de sangre (accidentes, golpes,…). Si los pacientes se recuperan de estas lesiones, la función renal también suele restablecerse con el tiempo.

En el caso de que los riñones paren completamente su actividad, estaríamos ante lo que se conoce como fallo renal o insuficiencia renal.

Síntomas y detección en insuficiencia renal crónica

Uno de los principales problemas para el diagnóstico de la insuficiencia renal crónica es que no suele presentar síntomas claros. De hecho, la mayoría de los afectados no nota ningún cambio hasta que ya está muy avanzada la enfermedad.

Algunos de los indicios que pueden aparecer son: cansancio y falta de energía, problemas para concentrarse, falta de apetito, problemas para dormir, calambres (principalmente por la noche), pies y tobillos hinchados, piel seca y picor, párpados inflamados, sobre todo por la mañana, oscurecimiento de la piel y necesidad de orinar con más frecuencia, sobre todo por la noche.

Cuando se tienen indicios, es necesario hacer análisis de sangre y de orina para diagnosticar la enfermedad. Estas pruebas sirven para determinar si el riñón está excretando correctamente los desechos y para determinar la cantidad de proteína que se pierde en la orina.

Causas y origen

Hay varias enfermedades que pueden provocar lesiones en el riñón. Las causas más comunes son:

  • Diabetes. Los niveles altos de azúcar en sangre provocan daños directos en los pequeños vasos sanguíneos del riñón. Si la diabetes no se controla o se producen picos de azúcar con frecuencia, se puede provocar la pérdida de función renal.
  • Hipertensión. La presión arterial alta también puede dañar los pequeños vasos sanguíneos del riñón, impidiendo que puedan filtrar los desechos adecuadamente.
  • Enfermedades autoinmunes. Estas patologías se caracterizan por un ataque indiscriminado del sistema inmunitario a las células del propio cuerpo. Por tanto, puede provocar daños en muchos órganos y sistemas como, por ejemplo, en el riñón.
  • Glomerulonefritis. Este nombre engloba distintas patologías que causan inflamación y daño en el tejido del riñón cuya función es filtrar la sangre.
  • Enfermedades hereditarias

Tratamiento

El tratamiento busca compensar la función anormal del riñón mediante diálisis, y la administración de las hormonas de las que pueda haber déficit.

La diálisis es el filtrado artificial de la sangre. Es decir, mediante un proceso médico controlado se eliminan las toxinas y el exceso de líquido. Hay diversos métodos y es necesario realizarlo varias veces por semana. El proceso puede durar entre dos y ocho horas, por lo que afecta mucho al día a día de los pacientes. .

Cuando el fallo renal es muy grave, es necesario un trasplante de riñón. Si se realiza de forma exitosa, las personas que han recibido el nuevo órgano suelen recuperar la total normalidad en sus vidas.

Prevención de la insuficiencia renal

Aunque muchas veces no se puede predecir, sí que se puede prevenir. Controlar el azúcar en sangre y la tensión arterial, beber suficiente agua y restringir la cantidad de sal puede ayudar a evitar problemas. Además, en el caso de que ya se esté en tratamiento, es muy importante seguirlo con rigurosidad. Se deben seguir las recomendaciones del médico y evitar rutinas y productos potencialmente tóxicos para nuestros órganos, como las drogas y el alcohol.

 

(1) “Las ayudas en investigación renal mejoran el abordaje terapéutico”. La Razón, febrero de 2018