El viaje con los pequeños de la casa

08/03/2017
Vacaciones en familia

Si eres madre o padre ya sabrás que viajar con niños es un gran momento para disfrutar de su ilusión y alegría y, de paso, contagiarnos un poco de todas las actitudes positivas con las que nos sorprenden. Ahora bien, programar un viaje con ellos conlleva prestar más atención a ciertos factores. Vamos a repasar algunas medidas que debes tener en cuenta según dónde y cómo vayas a viajar.

Destino

La elección de un destino adecuado para toda la familia es el primer paso. Piénsalo bien, aplicando el sentido común, y luego compártelo con los niños para que empiecen a disfrutarlo cuanto antes. Es muy importante valorar:

  • Condiciones higiénico-sanitarias del lugar elegido y la vacunación obligatoria si viajas a ciertas zonas.
  • Cuando tengas la ruta de viaje definida, infórmate de la ubicación del centro de salud y del hospital más cercano para poder reaccionar rápido en caso de emergencia. También deberías conocer las condiciones de uso del sistema sanitario.
  • Si decides ir al extranjero no olvides comprobar la documentación necesaria para viajar con niños. Las autoridades suelen prestarles especial atención, viajen solos o no. En este enlace del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación dispones de más información
  • Busca con antelación el teléfono y dirección de la embajada por si acaso los necesitas.

Medio de transporte

Cada transporte tiene sus pros y sus contras en cuanto a rapidez, comodidad y seguridad. Según el medio elegido, pueden surgir diferentes contratiempos que debes prever.

Coche

Como norma general, recuerda revisar el estado del coche antes de un viaje largo y lleva siempre el teléfono cargado por si hubiese algún imprevisto. Además, ten en cuenta los siguientes aspectos:

  • Usa siempre sillas adecuadas para la edad de tu hijo, según la talla y el peso.
  • Mareos. Si tus hijos son propensos a marearse, deben evitar leer o jugar a videojuegos durante el viaje. Si aun así se marean, algo de aire fresquito y parar con frecuencia hará el viaje más llevadero. Ten siempre bolsas de plástico a mano por si vomitan. Consulta con tu médico o farmacéutico acerca de las distintas opciones que hay para tratar el mareo.
  • Dolores de espalda por permanecer sentados mucho tiempo. Las paradas frecuentes son obligatorias por seguridad vial, pero también para estirarse y evitar agarrotamientos y dolores musculares.
  • Paradas técnicas. Las necesidades de hidratación en esas edades, junto con el tamaño de la vejiga de los más pequeños te obligará a hacer paradas con frecuencia. Ten paciencia.
  • Aburrimiento de los peques que acaba por poner nervioso al conductor. Lo mejor es plantearles juegos con los que puedan entretenerse solos o, si no se marean, prepararles algún sistema para que vean sus películas favoritas.

Avión

  • Precaución con los oídos. Los niños son aún más sensibles al dolor de oídos que puede ocasionar el cambio de presión, por lo que masticar chicle o chupar un caramelo puede ser una buena forma de contrarrestarlo.
  • El aire seco y presurizado del avión puede causar deshidratación, así que intenta que beban con frecuencia antes y durante el vuelo.
  • Si el viaje es largo, intenta que se muevan cada cierto tiempo para que puedan estirarse ya que el espacio es muy reducido.
  • Aunque siempre se puede pedir en el catering a bordo, lleva siempre algo de comida a mano. Por norma general no se pueden transportar líquidos en el equipaje de mano, pero sí que está permitido llevar comida (como leche o zumos) para los niños en las cantidades necesarias para el viaje.
  • Vigila los tiempos de embarque ya que con niños todo lleva más tiempo y corréis riesgo de quedaros en tierra.

Medidas generales

Independientemente del destino o modo de viajar, te damos algunas recomendaciones básicas para disfrutar de las vacaciones.

Viaja bien preparado si el niño tiene alguna alergia, enfermedad crónica o cualquier otra circunstancia particular. Lleva siempre sus medicinas (y un poco más de lo que vaya necesitar). Es recomendable llevar un informe médico donde conste su enfermedad y tratamiento. Si viajas al extranjero, es aconsejable llevarlo también, al menos, en inglés.

Una vez en vuestro destino, ten presente que los niños están fuera de su hábitat cotidiano, así que tendrás que prestarles más de atención de la habitual en algunos aspectos, como por ejemplo:

    • Dieta: Cuidado con los excesos y los alimentos poco saludables. Si viajas con bebés llévate su comida habitual para evitar trastornos digestivos. Asegúrate de que beban suficiente agua para mantener una hidratación óptima. Evita los refrescos azucarados.
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    • Sueño: Es inevitable que se acuesten más tarde de lo habitual, pero ten en cuenta que los niños con frecuencia se levantan a la misma hora aunque se acuesten más tarde. Complementar con una siesta puede ser una sana y relajante solución para padres e hijos.
    • Sol: Utiliza una crema solar infantil especialmente formulada para aguantar su actividad: baños prolongados, sudor, arena,... Aplícasela media hora antes de salir de casa y renuévala con frecuencia. Cuenta siempre con un lugar a la sombra para descansar y con ropa para proteger la cabeza, los ojos y las zonas sensibles, como brazos y cuello.
    • Muchísimo cuidado con el agua y los baños en la playa o piscina. Este año, la Asociación Nacional de Seguridad Infantil ha lanzado una campaña con la llamada “Norma 10/20” que aconseja a los padres mirar a la piscina como mínimo cada 10 segundos y a comprobar que pueden alcanzar a sus hijos en menos de 20 segundos.
    • Botiquín: Tiritas, gasas, esparadrapo, antiséptico tópico, termómetro, tijeritas, antitérmico y antinflamatorio habitual, ayuda para el estreñimiento (sobre todo si vas a sitios en los que prevés un cambio brusco de la alimentación), suero fisiológico unidosis, crema para las picaduras o alergias, etc.
    • Marca la ropa de tu hijo o ponle una pulsera con su nombre y vuestros teléfonos por si se pierde.

 

En resumen: prepara muy bien el viaje, extrema las precauciones y no te olvides de disfrutar como si fueras un niño más.