Hemorroides: ¿Qué son y cómo tratarlas?
23/02/2021Las hemorroides, conocidas popularmente también como almorranas, son una dolencia en la zona anal con una gran prevalencia en la población entre los 45 y 65 años, aunque puede afectar a otros grupos de edad. De hecho, son mucho más frecuentes de lo pensado, pues casi la mitad de la población mayor de 30 años sufre de hemorroides en algún momento, siendo la patología proctológica más frecuente y el motivo de consulta más habitual de un cirujano colorrectal. Aun así, la mayoría de la población sigue sufriéndolas en silencio porque no suelen presentar síntomas graves. Pero conocerlas y saber cómo prevenirlas y tratarlas puede ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida y nuestra salud, especialmente si pertenecemos a grupos propensos a sufrir hemorroides, como las embarazadas.
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Tipos de hemorroides
El tejido hemorroidal, con su estructura almohadillada, ayuda a mantener la continencia y a la correcta función del canal anal. Las hemorroides son venas hinchadas en la zona anal y la parte inferior del recto que se desarrollan cuando los tejidos de soporte de los cojines anales se desintegran o deterioran. Pueden adoptar diferentes tamaños y originarse en distintas zonas. De este modo, encontramos distintos tipos de hemorroides:
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Hemorroides internas
Son las más frecuentes. Son aquellas que se desarrollan dentro del recto y derivan del plexo hemorroidal interno. Por ello, no se pueden ver ni sentir ni tampoco suelen generar malestar. Eso sí, pueden causar algún síntoma como sangrado indoloro durante la deposición, una de las principales señales de alarma de esta dolencia. Según el prolapso y los síntomas, existen cuatro grados para clasificarlas:
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Grado I: hemorroides normales, pequeñas, que pueden sangrar y no presentan prolapso.
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Grado II: hemorroides que presentan prolapso en el momento de la deposición, pero se reducen espontáneamente.
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Grado III: aquellas que se desplazan por el ano en el momento de la deposición y necesitan de ayuda para reducirse.
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Grado IV: aquellas hemorroides internas que se desplazan por el ano y no se logran reducir. Se pueden diferenciar de las externas porque estas últimas están recubiertas de piel normal mientras que las internas presentan un tamaño mayor y necesitan de tratamiento para expulsarlas.
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Hemorroides externas
Son menos frecuentes y corresponden a aquellas que se encuentran debajo de la piel que rodea el ano. Suelen acompañar a las hemorroides internas o bien a otros problemas en la zona como una fisura anal. No suelen sangrar, pero sí presentan otros síntomas como picazón o hinchazón y pueden provocar también una sensación de pesadez y malestar.
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Hemorroides trombosadas
Las hemorroides externas pueden derivar en este otro tipo si la sangre se acumula y se forma un coágulo en su interior. En este caso suelen ser más molestas pues pueden provocar un dolor intenso y generar un bulto duro cerca del ano.
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Causas de las hemorroides
Como en la mayoría de las enfermedades, la tendencia a desarrollar hemorroides puede ser hereditaria. Sin embargo, también existen algunos factores de riesgo y causas que pueden contribuir a la aparición de las molestas almorranas. Hay que tener presente que estas aparecen por un aumento de la presión en la parte inferior del recto. Por eso, algunas causas de las hemorroides son:
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Estreñimiento. Las heces duras propias de esta condición son la causa más frecuente en la aparición de las hemorroides. El esfuerzo defecatorio que implican agrava los síntomas.
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Estar embarazada, pues el peso del feto provoca un incremento de presión en la zona anal.
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Tener sobrepeso.
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Levantar mucho peso de forma regular.
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Sentarse largo tiempo en el inodoro.
Además, hay que tener en cuenta que a medida que envejecemos hay más probabilidades de que aparezcan las hemorroides pues los tejidos que sostienen las venas en el recto y el ano pueden debilitarse con la edad.
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Prevención y tratamiento
La clave para no padecer almorranas pasa por mantener unas deposiciones blandas que no alteren el buen funcionamiento de la zona anal y rectal. Por eso, es recomendable:
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Comer alimentos ricos en fibra, principalmente frutas, verduras y cereales integrales.
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Beber agua, idealmente dos litros de agua al día.
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Evitar el alcohol y reducir la sal, para mejorar la digestión y la retención de líquidos. Algunos expertos recomiendan también evitar el picante y la cafeína pues son alimentos que también pueden alterar una correcta digestión.
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Practicar deporte, pues con una práctica regular se activa la circulación sanguínea y se mejora el tránsito intestinal.
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Evitar realizar esfuerzos que impliquen la zona abdominal.
Aplicando estos cambios en tu estilo de vida, puedes prevenir y tratar las hemorroides en sus grados más leves. Sin embargo, también tienes medicación al alcance si no logras mejorar tu condición solo con la introducción de unos hábitos más saludables en tu vida diaria. Según el caso, acude a tu farmacéutico de confianza o a tu médico de cabecera para que, bajo su supervisión, puedan dispensarte el tratamiento que necesites. Por último, también existe la posibilidad de pasar una intervención quirúrgica cuando las hemorroides se presentan en Grado III o IV. Se calcula que entre un 5 y un 10% de las personas que las sufren requerirán de algún tipo de intervención. Por eso, es tan importante tratarlas antes y dejar de sufrirlas en silencio de vez por todas.