El corte de digestión: consejos para evitarlo

27/07/2017

Seguro que esta situación te resulta conocida: toda la familia en un restaurante a pie de playa, en un caluroso día de verano. La paella huele fenomenal y sabe aún mejor. Los niños comen a toda velocidad porque quieren volver al agua cuanto antes. Hace mucho calor y el agua fresquita del mar atrae mucho. Los niños insisten, pero tú no sabes si permitirles bañarse justo después de comer, porque temes que les dé un corte de digestión. A ti tus padres te obligaban a esperar (y, la verdad, lo odiabas). ¡Qué dilema! ¿Necesitas información para decidir? Aquí la tienes.

¿Qué es el corte de digestión?

Lo que popularmente se conoce como corte de digestión se denomina en realidad hidrocución o shock termodiferencial. Estas ‘palabrejas’ se refieren a la reacción del cuerpo al someterse a un cambio brusco de temperatura —por ejemplo, al sumergirse en agua fría—. Lo más común es que produzca mareo, dolor de barriga, náuseas y vómitos; en casos más graves puede provocar la pérdida del conocimiento, con el consiguiente riesgo de ahogamiento al estar la persona en el agua.

¿Por qué se produce el corte de digestión?

Cuando se sumerge repentinamente en agua fría el cuerpo tiene que adaptarse rápidamente para mantener su temperatura interna en 37 °C y para poder permanecer bajo el agua sin respirar. Para ello, el corazón se ralentiza y la sangre oxigenada se distribuye por el organismo más despacio, con el fin de gastar menos energía y de ahorrar oxígeno. Las arterias de la piel se contraen y el riego sanguíneo se dirige de forma preferente al cerebro. Este es el llamado reflejo de inmersión.

El problema viene cuando este reflejo ocurre de manera demasiado intensa, lo cual produce los síntomas digestivos que hemos descrito y, en casos extremos, puede incluso detener el corazón y la respiración (parada cardiorrespiratoria).

¿Qué factores favorecen el corte de digestión?

Dado que el mecanismo por el que se produce es la diferencia de temperatura entre el cuerpo y el agua, todo aquello que aumente esta diferencia favorecerá el corte de digestión:

  • Agua muy fría, a menos de 27 °C.
  • Cuerpo muy caliente por tomar el sol, ejercicio físico intenso con mucha sudoración, fiebre...
  • Digestión: después de comer, el riego sanguíneo se dirige sobre todo al sistema digestivo, para permitirle realizar su función. Esto implica que el cerebro recibe menos oxígeno, por lo que un organismo en pleno proceso de digestión tiene menor capacidad para adaptarse a un cambio brusco de temperatura.

También hay otros factores que favorecen la hidrocución:

  • Enfermedades previas (de corazón, del sistema nervioso...).
  • Haber consumido alcohol o drogas.

Consejos para evitar el corte de digestión

A estas alturas tal vez ya hayas tomado una decisión: ¿permitirás a tus hijos bañarse justo después de comer? Por si todavía te quedan dudas, el Ministerio de Sanidad promueve varias recomendaciones que pueden ayudarte. Aunque no existen estudios científicos que las avalen, son muy lógicas:

  • Lo ideal es esperar 2 horas antes de entrar en el agua, sobre todo si la comida ha sido abundante.
  • Permite a tu cuerpo adaptarse a la temperatura del agua: no te zambullas, métete muy poco a poco.
  • Acompaña siempre a tus hijos en el agua y no les quites ojo de encima.

Además, nos gustaría daros algunos consejos (nuestros, no del Ministerio de Sanidad) para comer sin riesgos en la playa:

  • Toma un buen desayuno, para que luego no tengas tanta hambre durante las horas de más calor.
  • Come varios tentempiés pequeños (a base de fruta o verdura cruda, como la zanahoria) para no llegar a la hora de la comida muerto de hambre.
  • El almuerzo debe ser ligero, por ejemplo, gazpacho, un sándwich o una ensalada, fruta y zumo. Ya tendrás tiempo de cenar más abundante.
  • Evita las comidas pesadas, como los fritos.
  • Cuidado con las condiciones en las que conservas los alimentos en la playa. No es buena idea llevar huevos, pescado, carne, mayonesa, fiambre o cualquier otro alimento que se deteriore con el calor.
  • Bebe mucha agua. Nunca nos cansaremos de repetir este consejo.

Ahora ya tienes más herramientas para disfrutar de un magnífico día en la playa sin cortes de digestión. ¡Al agua, patos!